La construcción de los sistemas de abastecimiento de agua representa un gran esfuerzo económico para la economía del país. Estos sistemas han mostrado ser vulnerables al impacto de fenómenos naturales como sismos, erupciones volcánicas, deslizamientos, inundaciones y sequías, que se presentan con relativa frecuencia y aún con cierta periodicidad.
Disponer de sistemas de abastecimiento de agua potable seguros frente a distintas amenazas naturales es una necesidad imperiosa. La experiencia ha demostrado que cuando ocurre un desastre, el acceso al agua potable es totalmente indispensable para garantizar la salud de la población y para facilitar las operaciones de respuesta, recuperación y retorno a la normalidad.
Las amenzas naturales son de tipo geológico o de tipo meteorológico.
El impacto de las amenazas naturales sobre los sistemas de agua potable y sus componentes puede ser muy variado y depende fundamentalmente de la magnitud y localización del fenómeno natural y de la vulnerabilidad del sistema y sus componentes.
Un ejemplo, son los efectos provocados por el huracán STAN en 41 municipios de Chiapas declarados zona de desastre en octubre de 2005. Una de las ciudades más fuertemente castigadas fue Tapachula, donde su sistema de Abastecimiento de Agua Potable fue prácticamente destruido.
Teniendo en cuenta los estudios existentes sobre el comportamiento de los sistemas de agua potable en caso de desastre, podemos disminuir el impacto y conseguir la rápida recuperación de los sistemas si tomamos medidas como: la incorporación de los conceptos de amenazas naturales en el diseño de los nuevos sistemas, la implementación de medidas de reforzamiento en los sitemas constructivos y el desarrollo y puesta en práctica de planes de mitigación y de respuesta ante las emergencias.
